Que quede muy claro, de México hacia abajo no existe ninguna nación moderna. El modernismo se entiende como la cúspide de los procesos de la industria que provocan cambios en las dinámicas sociales y culturales. Mucho menos podemos hablar de postmodernismo si las prácticas imperantes en Hispanoamérica parecen del oscurantismo.
Vayamos a las cifras. El total de la población en México es de 111 millones, 211 mil 789 habitantes; de los cuales el 91% de las personas mayores de 15 años sabe leer y escribir. Pero ¿cuántas personas tienen acceso a las redes cibernéticas? Según información de la CIA, nuestro país reside en la décimo sexta posición con 22 millones 812 mil usuarios, es decir, sólo una quinta parte.
Las economías emergentes cuentan principalmente con los soportes analógicos (sonidos, papel, libros) para su desarrollo; pero según sus capacidades, también explotan los soportes digitales (computadoras, pantallas, teclados, internet). Estados Unidos, México, Brasil, Canadá y Argentina son los países americanos con mayor número de sitios y servidores.
La mundialización y las nuevas tecnologías han hecho inmediato lo que antes aun tardaba. También ha facilitado el poder a quien tenga un mayor número de facilidades tecnológicas e información inmediata. Nuestros recursos pueden acomodarnos en una cómoda situación regional; sin embargo, este concepto pasó a convertirse en el orbe mismo.
Los soportes digitales y analógicos se necesitan mutuamente; sin uno no podría existir el otro. Además de las ideas cursis del agasaje que proporciona un libro, estos recursos son necesarios; y qué mejor si una poderosa base de datos digital salvaguarda al conocimiento. De esta forma, se obliga a los usuarios refrescar tales explicaciones y perfeccionar las dinámicas de los fenómenos.
Vayamos a las cifras. El total de la población en México es de 111 millones, 211 mil 789 habitantes; de los cuales el 91% de las personas mayores de 15 años sabe leer y escribir. Pero ¿cuántas personas tienen acceso a las redes cibernéticas? Según información de la CIA, nuestro país reside en la décimo sexta posición con 22 millones 812 mil usuarios, es decir, sólo una quinta parte.
Las economías emergentes cuentan principalmente con los soportes analógicos (sonidos, papel, libros) para su desarrollo; pero según sus capacidades, también explotan los soportes digitales (computadoras, pantallas, teclados, internet). Estados Unidos, México, Brasil, Canadá y Argentina son los países americanos con mayor número de sitios y servidores.
La mundialización y las nuevas tecnologías han hecho inmediato lo que antes aun tardaba. También ha facilitado el poder a quien tenga un mayor número de facilidades tecnológicas e información inmediata. Nuestros recursos pueden acomodarnos en una cómoda situación regional; sin embargo, este concepto pasó a convertirse en el orbe mismo.
Los soportes digitales y analógicos se necesitan mutuamente; sin uno no podría existir el otro. Además de las ideas cursis del agasaje que proporciona un libro, estos recursos son necesarios; y qué mejor si una poderosa base de datos digital salvaguarda al conocimiento. De esta forma, se obliga a los usuarios refrescar tales explicaciones y perfeccionar las dinámicas de los fenómenos.
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