El hombre es el único animal con razón y sentido de la curiosidad. Su mente lo hace acreedor de una amplia capacidad de abstracción que aplica en las redes simbólicas en las que atrapa lo que le dictan sus intereses. Además, es tal la capacidad del colectivo humano que el antropocentrismo permite la supremacía del hombre, a veces, injustamente desarrollada.
Para unificar el bienestar común, el humano desarrolló el lenguaje, único en su nacimiento y perfeccionado por el paso del tiempo. Es así como la Historia ha demostrado que el Homo Sapiens es hijo de la palabra.
La palabra, tanto escrita como hablada, unió a las civilizaciones madre y las llevó a perfeccionar sus dinámicas sociales para alcanzar el progreso de sus proyectos expansionistas y unificadores. Como seres humanos, no podemos ignorarlas.
¿Por qué no estoy de acuerdo con la lectura? Por el fatalismo que maneja Sartori. Sus ideas hacen creer que la televisión tiene tanto poder como una dictadura sudamericana; esta sentencia es equívoca ya que, como el profesor Guillermo Tenorio decía, “siempre hay respuesta en la comunicación”. Los medios colectivos creen que manipulan a humanos débiles mentales; ese es su principal error, pretender que el público es imbécil.
El autor vaticina la “fácil victoria de lo visual sobre el pensar”. Esto se debe a que los miembros más jóvenes de la sociedad son dependientes a las imágenes y son débiles para dominar las ideas y los conceptos, pero la mente humana filtra los contenidos que consume con base en un criterio particular.
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