jueves, 5 de marzo de 2009

Abarrota el Corazón Delator el auditorio Quintana

El corazón delator causó revuelo entre los asistentes de la XXX Feria Internacional del Libro ya que, en punto de las dos de la tarde, el auditorio Bernardo Quintana estaba repleto. Las gradas y sus alrededores estaban ocupadas por personas de todo tipo de edades.

Como parte del homenaje a los 200 años del natalicio del escritor estadunidense Edgar Allan Poe, se llevó a cabo la representación bajo la dirección escénica de Eduardo Ruiz Aviñón y con la actuación de Guillermo Henry, “hijos ejemplares de la Universidad Nacional” expresó Roberto Coria, escritor e investigador de literatura y cine fantástico quien fue el encargado de presentar el acto.

En Enero de 1843 The Tell-Tale Heart (título original de la narración) fue publicado. El cuento hace un reconocimiento de las zonas oscuras del hombre y sus nefastas consecuencias. El autor nos ofrece una confesión de los detalles de un homicidio que comete un hombre demente que cree estar cuerdo. Parodiada y representada a lo largo y ancho del mundo, hasta Lisa Simpson se siente culpable al esconder una maqueta en un episodio de la serie más longeva de la televisión norteamericana.

“Que se asusten mucho” deseó Coria al auditorio a minutos de empezar la obra. Cuando se apagaron las luces y salió a escena el protagonista, la gente quedó absorbida por la transformación onírica que presenciaban. Guillermo Henry irrumpió ataviado de negro y con la cara pintada de blanco. Un halo de luz lo alumbraba y proyectaba su figura que parecía ser la sombra de la noche.

La atmósfera que rondaba el recinto era densa y acentuaba la tensión que, poco a poco, se iba apoderando de las personas. El desplazamiento del actor por su escenario (que extralimitó hasta la tercera fila) hizo que aparecieron unas perlas de sudor en su rostro lo que provocó que sus facciones se transformaran. Parecía un verdadero asesino.

Al final del montaje, Henry dijo en entrevista que se requiere mucha pasión para una actuación así. “El principal reto al hacer teatro de terror es tener una buena dirección. Por fortuna, el maestro Eduardo Ruiz tiene más de 50 puestas en escena sobre terror y yo tengo más de 5 años en su compañía que se llama Teatro Gótico”. Expresó su disfrute de este tipo de obras que se basa, principalmente, en la riqueza del texto, concluyó.

MTR

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