Como parte de la celebración de los 70 años de José Emilio Pacheco en 2009, Claudio Isaac y TV UNAM realizaron un cortometraje conmemorativo titulado Me llamo Nadie que se exhibió en el marco de la XXXII Feria Internacional del Libro en el Palacio de Minería.
Durante 30 minutos, el espectador es testigo de cómo los escritores que han sido cercanos al autor de Las batallas en el desierto interpretan su figura y su obra literaria.
El documental reúne los testimonios de Elena Poniatowska, Mauricio Molina, Mónica Lavín, Adolfo Castañón y Tedi López Mills; además, entre cada segmento, la actriz María Renée Prudencio recita los versos más emblemáticos del poeta.
La obra acerca a todos aquellos que desconocen la importancia de Pacheco; y para sus seguidores, las anécdotas y las opiniones de la gente que lo conoce afirman el por qué de su trascendencia en la cultura del País.
El común denominador de las opiniones vertidas en la cinta es la pasión que el autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo siente por la Ciudad, la naturaleza, la poesía en sí misma, el periodismo cultural y las inseguridades del hombre.
Las secuencias y las tomas que Claudio Isaac filmó le dan más profundidad a la obra ya que hacen de lo mínimo —como una fuente, una banca del parque o un grafiti en la pared— algo épico, como los poemas del autor homenajeado.
Durante 30 minutos, el espectador es testigo de cómo los escritores que han sido cercanos al autor de Las batallas en el desierto interpretan su figura y su obra literaria.
El documental reúne los testimonios de Elena Poniatowska, Mauricio Molina, Mónica Lavín, Adolfo Castañón y Tedi López Mills; además, entre cada segmento, la actriz María Renée Prudencio recita los versos más emblemáticos del poeta.
La obra acerca a todos aquellos que desconocen la importancia de Pacheco; y para sus seguidores, las anécdotas y las opiniones de la gente que lo conoce afirman el por qué de su trascendencia en la cultura del País.
El común denominador de las opiniones vertidas en la cinta es la pasión que el autor de No me preguntes cómo pasa el tiempo siente por la Ciudad, la naturaleza, la poesía en sí misma, el periodismo cultural y las inseguridades del hombre.
Las secuencias y las tomas que Claudio Isaac filmó le dan más profundidad a la obra ya que hacen de lo mínimo —como una fuente, una banca del parque o un grafiti en la pared— algo épico, como los poemas del autor homenajeado.
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