jueves, 7 de mayo de 2009

Crepúsculo de los baños

Desde hace 15 años, el gobierno del Distrito Federal ya no otorga licencias para poder establecer un baño público como negocio. Los que alguna vez fueron espacios de encuentro y cultura urbana, hoy no son más que la sombra del paso de la ciudad a la modernidad.

Además, el sector privado ya no encuentra redituable este giro comercial. Las causas principales son los altos costos del agua, el diesel, el predial y otros gastos que superan a las ganancias.

Eduardo Guerrero, administrador de la CANAIBAL (Cámara Nacional de la Industria de Baños y Balnearios), expuso la nula participación por parte del gobierno estatal para ayudar o proteger a los últimos bastiones de aseo corporal; además, la opinión pública los considera como grandes consumidores de agua.

Hay más motivos para que los baños públicos estén desapareciendo, una de las principales causas es que la gente ya no va a bañarse.

Pasado y presente

Los pueblos mesoamericanos, desde la antigüedad, se han distinguido por sus hábitos de limpieza e higiene personal. Esto se puede constatar en los códices de la antigua Tenochtitlán o en las novelas históricas de la actualidad.

Gonzalo Guerrero, de Eugenio Aguirre, fue el primer español en llegar al territorio mexicano y reproducirse con los naturales de lo que ahora es la península de Yucatán. Él es testigo de la pulcritud en el aseo de los mayas en contraste con el desalineo de sus compatriotas.

Del mismo modo, Xóchitl (la princesa de Texcoco de Salvador de Madariaga) y Mixtli (la nube oscura de Gary Jennings) son personajes que denotan la limpieza del reino azteca.

Ya sea por los temazcales o por las traslúcidas aguas de los lagos del valle de la Anáhuac, las culturas prehispánicas practicaban con rutina el baño debido a la gran cantidad del líquido vital que el país poseía. Sin embargo, el arribo de personas a la capital y el crecimiento sin medida de la mancha urbana ha provocado que el agua disminuya.

Las investigaciones de Oscar Lewis en México, que van de 1940 a 1960, plasmaron las principales características de la cultura de la pobreza. También son un retrato de las culturas populares de ese periodo; de este modo, el lector es testigo de cómo todos los hijos de Jesús Sánchez, al tener sólo un evacuatorio en la vecindad y sin regadera, se iban a los baños de la Guerrero cada sábado a lavarse.

El cine mexicano también ha retratado las prácticas contemporáneas de la gente hacia estos recintos. En Perro Callejero, Valentín Trujillo y Sergio Goiri son testigos del asesinato de “El Flaco” Guzmán mientras se la curan en unas regaderas de la Merced. Es de extrañarse que la gente ya no asista a los baños si el pasado remite totalmente a éstos.

La industria de los baños

La Cámara Nacional de la Industria de Baños y Balnearios se encarga de regular todo lo relacionado con este giro. El órgano está conformado por 200 empresarios que, como dice la orden del día 27 de Enero del 2009, toman atención en los siguientes asuntos:

Comentarios sobre la nueva ley de establecimientos mercantiles, los nuevos precios del agua, la escases de ésta, sobre las ventajas y uso de combustibles alternos, el programa anticrisis del gobierno federal y estatal, entre otros tópicos.

El licenciado Guerrero dijo que sólo quedan 96 baños en la ciudad. Los hay de todo tipo; desde los baños generales hasta los muy exclusivos que, de acuerdo a las comodidades que ofrecen y los servicios que tienen (televisión por cable o habitaciones muy confortables) arrojan el precio. En promedio, las regaderas y vapores están en 45 pesos, esa es la media.

En entrevista, el administrador dijo que los baños son recintos de cultura. “Tan son de cultura que nosotros tuvimos una exposición a mediados del año pasado en el metro Pino Suárez, utilizando las 12 vitrinas centrales, que se llamó Primera Exposición de Baños, Balnearios y Parques Acuáticos”.

Y puntualizó que la única forma que tiene la CANIEM de proteger a los baños es facilitándole a los dueños las exigencias del gobierno. “Si el Gobierno dice ‘tienes que pagar toda el agua’ negociamos que se pueda pagar en plazos; igualmente con el Predial o con Medio Ambiente que exige emitir determinados niveles de contaminación. Auxiliamos a los miembros con cursos de combustibles alternos para trabajar sin proyectar contaminantes”.

Legislación de los baños

Según un artículo de Jorge Caballero publicado en La Jornada, un baño público es regulado por las delegaciones políticas, la Comisión de Aguas del DF, Protección Civil, la Dirección de Trabajo y Previsión Social del DF, la Procuraduría General del DF, la Secretaría del Medio Ambiente y la Secretaría de Gobernación.

Sin embargo, Eduardo Guerrero mencionó que su sector está regulado por la CONCAMIN (Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos) y la Ley de Establecimientos Mercantiles. “Sale cada año y se le hacen reformas cada seis meses. Nosotros, por ser la sede, la difundimos entre todos nuestros baños y balnearios y hacemos que las cumplan; por ejemplo, la última que nos acaban de decir es que tenemos que tener personal certificado de masajes y primeros auxilios”.

La Ley de Establecimientos Mercantiles obliga a los propietarios a poner un reglamento sobre la utilización de las duchas que hace mella en lo siguiente: El uso del agua queda limitado a solamente una hora con base al uso eficiente de la misma, estrictamente prohibido ingerir bebidas alcohólicas y fumar dentro del establecimiento y todas las personas que haces uso de las instalaciones deberán registrarse, incluyendo a los menores de edad.

Los encuentros sexuales no están prohibidos; de hecho, algunos baños, como el Catalina de la colonia Mixcoac, ofrecen vapores a parejas. No obstante, la Ley de Establecimientos no prohíbe estos actos, siempre y cuando no se hagan con un infante o menor de edad ya que amenazan con remitir a las autoridades competentes.

¿La Benito Juárez opina…?

La Dirección General Jurídica y de Gobierno de la delegación Benito Juárez es la encargada de elaborar, mantener actualizado e integrar en una base de datos el padrón de los giros mercantiles que funcionen en la demarcación territorial del órgano político-administrativo; y de otorgar las licencias y autorizaciones de funcionamiento de los giros mercantiles establecidos en la demarcación territorial del órgano político-administrativo.

De este modo, se acudió a dicha instancia para saber su opinión sobre el tema; no obstante, ningún funcionario pudo atender la situación. El único en responder, y en carácter de civil, fue el licenciado Fernando Reséndiz, encargado de los mercados y tianguis de la Dirección General quien dijo estar en contra de todas las prácticas que pongan en peligro la integridad física, mental y en la dignidad de las personas. “Mientras las prácticas individuales y en pareja no afecten a terceros, todos tenemos derecho a ser libres de hacer lo que gustemos”.

El agua se está acabando

Como ya se dijo, la opinión pública considera a los baños como grandes consumidores de agua. El administrador de la CANIEM comentó en la entrevista que toda el agua utilizada por los baños no se tira, se recolecta y se recicla para el lavado de éstos mismos.

Por su parte, el presidente de la Cámara, el ingeniero Francisco Navarrete Torres, comentó en una nota publicada en el Universal el día 22 de Abril de 2007 lo siguiente: “Haremos una campaña de ahorro de agua, es nuestra principal materia prima".

A su vez, el funcionario de la delegación opinó lo siguiente:
“La política pública que el Gobierno del Distrito Federal ha establecido para el uso del agua en la ciudad no es la mejor. Más bien es una política populista que está evitando que la gente se dé cuenta del problema serio que existe en el consumo del agua. Me parece que este tema, como otros, coinciden en que no hay una política pública segura; no hay una planeación de lo que es la ciudad y se dejan ir por asuntos populistas, como las playas artificiales que se ponen de moda en el verano”.

Las voces de los bañeros

De la misma forma en que el acto de bañarse es privado, ningún cliente o dueño de establecimiento quiso hablar. El señor Moreira, dueño de los baños Colonial en San Ángel, no quiso hacer comentario como tampoco quisieron los empleados de los baños de Mixcoac arriba citado.

Mejor que hablen los baños por sí mismos. Que ahoguen en su cortina de vapor al usuario y que interprete los sonidos de las tuberías y las gotas al caer de las regaderas. Que los sueros, que no son más que agua mineral con limón y sal, alivianen a quienes se les pasaron las cucharadas. Que hablen los baños y convoquen las glorias pasadas.

No hay comentarios: